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Carlos J. Delgado


miércoles, 29 de julio de 2020

CUBA COVID-19: BAUTA EN CUARENTENA

Varios amigos me han preguntado por teléfono y las redes acerca del brote de COVID-19 en la localidad donde vivo. Se preocupan por saber, además de cómo estamos, por qué aquí llegamos a esta situación, y cómo saldremos de ella. Por otra parte, he visto en la prensa y las redes sociales el énfasis en la tesis de que el exceso de confianza y la indisciplina causaron lo ocurrido. Coincido que hay que considerarlas entre las causas, y fueron los gatillos que desencadenaron la nueva situación, pero para extraer lecciones que ayuden a evitar situaciones semejantes en otros sitios o de nuevo aquí en el futuro, debemos escarbar un poco más, e intentar comprender esas y otras cuestiones más específicas.

No pretendo ni creo que pueda explicarlo todo, ni aportar argumentos definitivos e irrebatibles a favor de una relación causal irrefutable, pero si, al menos invitarlos a conversar, con toda la ambigüedad e imprecisión de una de esas conversaciones que entablamos mientras jugamos dominó, para a través de ella pensar un poco más allá de lo que aparece inmediato y supuestamente claro a nuestras mentes.


Acontecimientos

Lo ocurrido es conocido. Desde enero el gobierno cubano trabajó ardua y exitosamente en la preparación del país para enfrentar la epidemia. Esta se hizo presente el 11 de marzo y exactamente tres meses después comenzaba una nueva etapa de recuperación para alcanzar una nueva normalidad. El éxito alcanzado se puede explicar de varios modos, yo lo sinterizaría como la ejecutoria de una estrategia sistémica, de integración y colaboración gubernamental, científica y ciudadana. Ha sido dirigida y liderada por el gobierno, y ejecutada con la más amplia participación de todos los sectores, en especial el personal y las instituciones de salud, las instituciones del Estado, la defensa civil, los jóvenes, el voluntariado… Ante una situación extraordinaria y a pesar de los gigantescos obstáculos, el esfuerzo rindió el mayor de los frutos: promovió la cooperación en una orquesta de millones para salvar las vidas y proteger a la ciudadanía de una amenaza real y tangible.

En medio de la recuperación y la implementación de un plan de gobierno para atender los efectos de la crisis mundial que se nos viene encima, el reporte de cierre del 23 de julio informó de 3 nuevos casos confirmados de la enfermedad, uno de ellos de Bauta. Nada asombroso, aunque este último tenía identificados 34 contactos en vigilancia, entre otras razones por la realización de una fiesta donde no se adoptaron las medidas mínimas de seguridad. Al día siguiente, se confirmaron 3 casos, al siguiente 7, al otro 10, al otro 17 (10 de ellos del poblado costero de Baracoa). Ya estaba desde el 23 en cuarentena Bauta, y ese día entró en cuarentena Baracoa. Hoy 29 de julio se informó que al cierre de ayer 28 se confirmaron 12 casos más de Bauta, para una suma total de 50 casos en 6 días.

Es una situación grave, en un poblado pequeño y densamente poblado, muy activo en su comunicación física con otros territorios y poblaciones cercanas como Baracoa, Ben Tre, y la capital del país. Se trata de una vuelta atrás desencadenada por la conducta de un grupo de personas, que se percibe temeraria, pero que hicieron algo ordinario y común sin tomar en consideración los riesgos posibles en el contexto de la transición hacia la nueva normalidad. Es un caso típico de conducta irresponsable de varios individuos, y podríamos dejar el análisis en eso.

Pero también puede valorarse como un claro ejemplo de complejidad, donde se revela la asimetría entre las acciones y sus efectos, cuando lo conocido, ordinario y manejable (reunirse a festejar) trae consigo en ciertas condiciones específicas consecuencias imprevistas y sorprendentes por inesperadas y graves (la propagación de la pandemia). Una pequeña alteración a un nivel, que produce en otro la catástrofe de nuestras predicciones.

¿Las causas de lo ocurrido se reducen a una mezcla de baja percepción de riesgo, irresponsabilidad, descuido, negligencia y espíritu festivo? ¿Acaso no han sido suficientes las acciones gubernamentales, los mensajes por todos los medios, los llamados a la prudencia y la cooperación? ¿No llegó el mensaje? ¿No se recepcionó? ¿No se comprenden por las personas de aquí los mensajes y la fragilidad de la situación de salida de una pandemia? ¿No son razonables? ¿Hay personas a quienes no les importa?

Siente uno la tentación de dar una respuesta simple a esas preguntas, y achacarlo todo a la irresponsabilidad manifiesta de las individualidades, cosa que sin lugar a dudas tuvo lugar. No obstante, de casta le viene al galgo, y aunque se trate este escrito de una conversación, tiene sentido para el filósofo buscar un poco más, para contribuir a aprendizajes posibles que aporten al esfuerzo común y a comprendernos mejor. No basta en este caso con explicar, pues el asunto no concierne solo a las cosas. Necesitamos comprender las conductas humanas, la fragilidad de los humanos, y de nuestra capacidad para sumarnos a un esfuerzo colectivo de cooperación y ayuda mutua, que es el llamado que ha hecho el gobierno cubano, y que nos ha conducido a manejar de forma efectiva la pandemia.

Bauta es parte de Cuba y su población no es ajena a la misma estirpe colaboradora y abnegada de las personas que contribuyen al esfuerzo nacional para superar la pandemia. El poblado cabecera municipal se ubica en las cercanías de la capital, y para una mirada rápida y unificadora no suele tener mayores diferencias que las que pueden encontrarse en otros sitios cercanos a ciudades mayores. En parte coincido, pues efectivamente, lo mismo pudo y puede ocurrir en otros muchos lugares de la geografía nacional. Pero al mismo tiempo no lo considero exacto. Este territorio y sus pobladores tienen algunas características y condicionamientos que deben tomarse en cuenta. La mayoría seguramente estará presente también en otros sitios de la geografía nacional, pero la forma específica siempre será diferente, y en asuntos que tienen que ver con la cooperación entre humanos, es muy importante que sea considerada la forma específica. Al fin y al cabo, como me recordaba siempre el maestro García Galló, somos un pueblo que comenzó una Revolución en tiempos de carnaval, y esa irreverencia de alguna manera nos define y no debería sorprendernos.

No creo que el brote que nos tensa hoy ocurriera precisamente aquí porque seamos especialmente diferentes, indisciplinados, fiesteros, irresponsables y descuidados, los bautenses, o los cubanos en general. Hemos dado masivas muestras de lo contrario.

Otra explicación sencilla es que se trata de un suceso causal, propio de la pandemia. Hay suficientes ejemplos en el mundo de vueltas atrás y rebrotes en disimiles contextos. Parte de esa explicación consiste en que es casual que ocurra aquí o allá, aunque siempre será manifestación de aquella causalidad. Y ahí podría quedar la explicación de todo: los rebrotes ocurren porque responden a una causalidad macro del fenómeno pandemia, que se abre camino aquí o allá cuando los disparan gatillos específicos.

No niego la veracidad de ese marco de solución del asunto, pero me aparto un poco de él por una razón profunda.

El virus y la enfermedad se expresan de manera relativamente estable, y esa estabilidad permite la elaboración de protocolos de tratamiento efectivos, siempre dentro de ciertos rangos y tiempos. Pero los procesos que involucran lo biológico y lo social están lejos de ser automáticos. Para entender cómo se manifiesta la pandemia y como impacta en un contexto necesitamos considerar la situación social en términos menos generales. Los impactos en una sociedad y una localidad dependen del contacto entre el agente viral y las vulnerabilidades sociales a través de las personas. Son esas vulnerabilidades las que propician los mayores estragos, y para evitar ciertos comportamientos necesitamos pensar en las condiciones sociales que los favorecen. No estamos frente a un desastre o fenómeno natural, sino ante uno socioambiental, donde las vulnerabilidades sociales cuentan y cualifican.


Un poco de historia pueblerina

Para entender las vulnerabilidades sociales de una parte de nuestro territorio nacional como Bauta debemos acercarnos, aunque sea por arribita a su historia, su devenir en el tiempo. Lo haré recurriendo a lecturas y a mi memoria como persona que nació, se crió y vive aquí. De ellas varios elementos sobresalen por su impacto simbólico y práctico: la carretera central, el acueducto, la textilera Ariguanabo, la Revolución, la migración, la crisis de los noventa y sus secuelas de largo plazo.

Bauta es un poblado cuya fundación se remonta al siglo XIX (1850). Tiene doble nombre, Bauta por el apellido de un canario que se asentó en la zona a mediados del siglo XVI, y Hoyo Colorado por el color de sus tierras y el cuenco en que está ubicado. El poblado quizás sería hoy semejante a otros asentamientos cercanos más pequeños, como Corralillo o Anafe, de no haberse construido en los años veinte del siglo pasado la carretera central. Esta vía le confirió una ventaja en las comunicaciones, el comercio y como se suele decir, la recolocó en el mapa para llegar a ser algo más que un lugar ubicado en las cercanías de la laguna “La Pastora”, a orillas del antiguo camino de Vuelta Abajo.

A la carretera y su impacto se sumaron dos obras, la textilera Ariguanabo en la década del treinta y en los cuarenta el acueducto del pueblo, que le confirieron el doble atractivo de lugar donde había trabajo y condiciones para vivir. Familias campesinas que habían perdido sus pedazos de tierra o se vieron forzados a venderlos, como mis abuelos, llegaron a este lugar desde los campos cercanos en busca de trabajo para ellos y una mejor vida para sus hijas e hijos.


Mixtura cubana

Aunque la textilera llegó primero, el acueducto se promocionó como un progreso, y con el tiempo, el tanque elevado para el abasto por gravedad, se inmortalizó en el imaginario. Realmente, no era más que un tanque ordinario, sin mayor belleza que la inherente a un objeto técnico, pero visible desde lejos, y con el nombre del pueblo a la vista. Ya en los ochenta no tenía una función útil, pues el pueblo había rebasado con mucho la capacidad de distribución por gravedad y se bombeaba el agua. Pero el símbolo estuvo ahí hasta que un huracán lo hizo caer a principios del siglo XXI. Estaba en ese momento pintado en la parte superior, herrumbroso y deteriorado en su estructura de sustentación. Aunque hoy en su lugar esta situado otro tanque, su semejanza con el anterior no alcanza siquiera el nivel de una caricatura. Incluyo este comentario porque ayuda a comprender las particularidades del problema de los símbolos y las identidades, y roza el problema de la administración pública que a lo largo de toda la historia local ha tenido altibajos de todo tipo.

Todos sabemos que los símbolos arrastran multitudes y que el proceso de su elaboración no es completamente aleatorio. En este caso no lo fue, pues el tanque fue promocionado como obra de progreso, y en su construcción tuvo presencia la persona, el interés y el capital que antes habían estado en la textilera. Pero llegó a ser un símbolo que no representaba y no representa un sistema social, sino la localidad y el espacio de convivencia local compartido por su población.

Los símbolos culturales que valen en una población no son solo históricos o patrióticos, incluyen cosas que en sí mismas, como esta del tanque de agua, pueden parecer ridículas a los ojos de otros, pero son sumamente delicadas. El nudo de la cuestión no está en el objeto, sino en el imaginario popular, en esa trama profunda e inexplicable que une un objeto técnico o cualquier otro, con recuerdos y vivencias personales y grupales. Y no obstante lo ridículo que parezca, el símbolo hace su trabajo desde el interior de quienes lo comparten: identifica, convoca, moviliza, genera coherencia en el nosotros que tanto se necesita para afrontar las situaciones difíciles de la vida. Por acá faltan símbolos de ese tipo.

La textilera legó una cultura del trabajo fabril, la disciplina obrera, y también un sentido de privilegio y hasta de casta o aristocracia obrera. Esto último estuvo presente en una parte de quienes trabajaban allí, que podían permitirse una casa de tabloncillo, el lujo de una empleada doméstica y a veces de un auto. Este último, según confesión de un dueño de gasolinera que conocí, a veces solo se movía por el pueblo para exhibición, porque no era costeable, pero era todo un símbolo de estatus social. Era una especie de versión criolla de aristocracia obrera, estatus capitalista del empleado exitoso, que quizás fuera una de las fuentes de la primera migración después del triunfo revolucionario. Lo menciono porque la migración y el tránsito de personas es un factor relevante de la situación actual del territorio.

La revolución social que triunfó en 1959 trajo cambios positivos de todo tipo, como en el resto del país, y el territorio cambió bastante. La población creció vinculada a la industria textil, azucarera y la ganadería vacuna, instituciones educativas, de salud y culturales, además de un nivel educacional mucho más alto. El territorio tenía historia y se hizo más historia en estos años, baste recordar la presencia del Che, Ministro de industrias, entre muchos acontecimientos relevantes.

Tras un largo devenir positivo, desde los noventa comenzó a sentirse en la localidad el impacto del período especial, la migración a los Estados Unidos que existía desde los sesentas, y una inmigración interna, de cubanos que desde otras provincias no alcanzaban a instalarse en la capital pero encontraban aquí y en los alrededores espacio propicio y cercano para permanecer en tránsito y finalmente quedarse o partir a la ciudad. Entre otros impactos el identitario y de calidad de vida se ha hecho notar. Creció en esos momentos el territorio urbano de forma desordenada y sobre todo, sin la creación de infraestructura, lo que empeoró varios servicios, como electricidad y agua. Desde entonces nos acompañan problemas vinculados a la tensión poblacional que impacta en todos los servicios, incluidos el agua, la recogida de basura y los servicios comunales en general, no solo mercaderías.

Aunque Bauta está situada en un cuenco, con un manto freático apenas a 7 metros de profundidad y la humedad es un problema serio en la temporada de lluvias, no recuerdo en mi infancia albañales desbordados en las vías, ni impedimento para salir a montar chivichana, patines o carriola por las calles asfaltadas. Las había asfaltadas y de piedra, cada una en su calidad. Debíamos esperar el período de lluvias para que se inundara “la laguna”, un terreno baldío en el centro del pueblo donde se acumulaban las aguas pluviales, para escaparnos de las casas y disfrutar del espectáculo. Pasada la emergencia el lugar permanecía seco, allí empinábamos papalotes, y disfrutábamos del circo y los caballitos cuando pasaban por el pueblo. Los noventa legaron una práctica no superada hasta el presente, de romper aceras para que el albañal vierta de los patios a las calles, con graves consecuencias para la higiene y la salud. A lo anterior se suman desde entonces los vertimientos de aguas negras del alcantarillado. Por su parte una obra costosa para evitar las inundaciones de “la laguna” la convirtió con el tiempo en lugar al que evacuan aguas negras y contamina una real laguna al sur del poblado donde van a parar. La "laguna" pasó a ser una cloaca en el centro del pueblo, que se distingue como un bello cuadrado verde casi al centro en los mapas e imágenes satelitales, y ofrece un espectáculo muy distinto para los transeúntes.


Los problemas ambientales no son poca cosa en este lugar. De hecho, al salir a caminar para estirar las piernas y practicar un poco de ejercicio no puede uno menos que sentir que está viviendo en un lugar desordenado y falto de higiene, por momentos con basureros improvisados que hieren la vista y el olfato. Y no es algo que pueda atribuirse simplemente a que las autoridades no hagan su trabajo, -que seguramente debe seguir mejorando porque es insuficiente organizativa, tecnológica y materialmente-, sino que cada basurero que se genera de la noche a la mañana, literalmente, surge mediante la colaboración no convocada y perversa de muchos habitantes de localidad. Se trata de una irresponsabilidad que se alimenta de indiferencia y desarraigo. Son paradojas de una identidad en equilibrio de quiebre que está detrás del problema que hoy enfrentamos.

Los noventa trajeron también el dólar y el CUC de una manera intensa. En un espacio tan pequeño llegué a contar más de veinte establecimientos en CUC en los noventa, y en la actualidad se cuentan unos 16, que incluyen dos en dólares, resultado de la reciente reforma.

Desde sus dos nombres parece que a este poblado lo acompaña la ambivalencia, pues aquí todo es dual, bueno por una cara y no tanto por otra. Preferimos la buena cara, pero no por desviar la mirada la otra deja de estar ahí. La textilera y la enseñanza técnica que llegó con la Revolución creo que nos legaron además un ingenio mecánico que se manifiesta en muchos negocios actuales en talleres de tornería, mecánica y cuanta cosa se necesite. Más que mecánica, en ellos se hace la magia de crear lo imposible, desde las piezas de un auto o una maquinaria de los cuarenta, de una bicicleta, una moto o una Verjovina de los setentas, o de un vehículo más moderno. Otros servicios de reparación como los de TV, celulares y PC responden a dinámicas semejantes. Una de las características de este sitio es que se produce de todo, sea legal o no su producción, y no en pequeña escala, sino en la escala que la mente concibe y los recursos permiten, siempre con el horizonte de la gran ciudad cercana, o más allá. Algunas personas de la ciudad grande suelen decir, que si necesitas algo y no lo encuentras, deberías buscarlo en Bauta. Este pueblito tiene jiribilla.

Además de su utilidad práctica que sirvió a la economía y la cultura, a las reuniones de Orígenes y al crecimiento local, la carretera central devino una especie también de símbolo o parteaguas. Recuerdo en los ochentas, como servía de línea divisoria de un paisaje monótono hacia La Habana. Era fácil distinguir entonces, al norte de la carretera infinitos pastizales, con sus postes blancos y alambrado de púas, a veces con ganado vacuno, y a veces ninguno, esto último, sobre todo, desde la crisis de los noventa. Y al sur de la vía, infinitos cañaverales. Ese paisaje de pastizales y cañaverales cambió, quedan los pastizales a un lado, y al otro tierras que no se distingue siempre si están ocupadas o no, o en qué lo están. No es el paisaje típico del campo, con diversidad de árboles, productores y cultivos, sino el de una zona abandonada por una producción que ya no está, y otras que todavía no han logrado sustituirla completamente. Se añade al paisaje la presencia de nuevas viviendas en las cercanías del poblado, bien construidas y amplias, al modo de villas suburbanas de un sector con más recursos económicos. Otras obras importantes me remiten a la autopista nacional en el tramo hacia Pinar del Río. No describo el camino hacia Artemisa, porque uno de los problemas culturales e identitarios de este territorio consiste en que una parte creo que relevante de sus habitantes mira más al norte y al noreste que al sur suroeste.

La división político administrativa ubica la localidad en la provincia Artemisa, cuya capital es la ciudad del mismo nombre. Pero las identidades no se generan en un día, y la nueva capital provincial sigue siendo, al menos para una parte de los que viven en Bauta un territorio lejano, que carece de atractivos y sentido de pertenencia. Así una parte de la identidad tiende a lo capitalino, lo que se reafirma en las conexiones, y los vínculos sociales y laborales. Creo que con independencia de la división político administrativa, en lo que respecta a la pandemia al decir Bauta convendría pensar más en las lógicas de La Habana, que en las de Artemisa. En ese sentido es un territorio frontera que está más conectado hacia afuera que hacia adentro de la provincia.

Su población tiene los pies bien puestos sobre la tierra, pero padece cierto estrabismo identitario. La mirada de unos se dirige hacia el suelo y los zapatos, para centrarse en lo inmediato. Otros miran al horizonte que ofrece al norte noreste, la ciudad capital donde hacen su vida, pues La Habana que se vislumbra en la bruma mañanera y se ilumina al atardecer desde algunas azoteas y edificios no solo fue capital provincial: es lugar de trabajo, recreación y abastecimientos. Tampoco son pocos quienes tienen el horizonte más al norte o al norte noreste, hacia los Estados Unidos y Europa, a donde sueñan emigrar, o de dónde vienen los recursos con que alcanzan un nivel de vida superior al que tendrían si solo contaran con sus ingresos nacionales. No es extraño que los estrabismos impidan a unos y otros percatarse de los semejantes que tienen al frente, por quienes deben preocuparse y con quienes deben colaborar. Faltan sensibilidades y solidaridades.

Todo lo anterior intenta solo ilustrar la situación muy compleja en que vive la población de un territorio tan pequeño y grande. Pequeño, pues una persona saludable puede recorrer su perímetro urbano y trazar andando dos líneas rectas que se crucen en su centro, sin alcanzar los 10 000 pasos. Pero es a la vez inmenso, porque alberga las realizaciones, esperanzas y sueños de más personas que las que pueden registrarse en un reporte estadístico de habitantes.

La mezcla de indiferencia, descuido e irresponsabilidad en la que incurrieron varias personas, animadas por sentimientos religiosos, de confraternidad, o simple relajamiento tras varios meses de mucha tensión por la pandemia produjo un resultado negativo que no se explica solo por la conducta individual de cada uno de ellos. Creo que pone de relieve el quiebre identitario que permite la omisión del otro y frena la construcción de un nosotros más colaborativo. Es algo negativo, pero completamente humano. Y lo más importante, es algo superable si se identifica bien y se hace el trabajo necesario en la comunidad. No es un problema de ellos, es un problema de nosotros.

La complejidad aumenta cuando comprendemos las cualidades del territorio como frontera en sentido migratorio. Bauta no es solo un sitio de asentamiento, es también un sitio de paso y de acogida, cruce de caminos, delimitación entre la ciudad y el campo, lo que está al frente y lo que está a la espalda, punto de mixtura y sincretismo, de identidades que se reconstruyen. Tomo una imagen prestada de Ítalo Calvino que me enseñó el amigo Leonardo Montecchi para explicarlo. Como en Ciudades invisibles nuestra Despina es una ciudad del deseo que se presenta diferente a quienes llegan del desierto y el mar. El deseo de los viajeros transforma la imagen que entreven de la ciudad. Los que vienen del desierto ven el barco anclado en el puerto listo para partir, y los que arriban de la mar ven las largas caravanas de camellos que permitirán cruzar el desierto. Quien cuida los camellos y el marinero ven a Despina como una ciudad fronteriza entre dos desiertos. Cada quien describe y siente una Despina diferente.

El poblado de Bauta no tiene ni mar ni desierto, pero viene a ser una singular Despina, un pequeño pueblo en condición de frontera imaginaria del deseo, que sirve a unos y a otros e integra muchas voces diferentes. Al entenderlo como una sola voz, estandarizamos y omitimos, y corremos el riesgo de perder los interlocutores.

Por otra parte, en Bauta ha tenido lugar una estratificación social muy marcada entre personas con ingresos y niveles de acceso muy diferentes, pero no separadas en guetos o repartos distantes, sino por la pared entre dos departamentos de un edificio, el mínimo pasillo entre dos casas, o los metros del ancho de una calle. En un espacio mínimo la diversidad es enorme. En un contexto social así no basta por ejemplo, que un mensaje sea difundido en la televisión o la radio para que sea escuchado, y cuando esto se logra, para que sea comprendido e incorporado a las acciones por cada habitante. Se requiere trabajo social desde la base, minucioso y dedicado para comprender la diversidad de sistemas de signos que se adecuan y con los que reconocen y narran sus realidades las personas que las viven, porque en Bauta no se vive una realidad única, la localidad se nutre de muchas realidades que conviven en un espacio apretado.

Y no obstante, es un bello lugar, donde al salir a algunos espacios puede uno toparse todavía con un zun zun y un majá Santamaría.


Para cerrar la partida

Una conversación a la mesa de dominó no termina nunca sin alguna conclusión, por pequeña que sea.

Quizás un dicho nos sitúe en el camino de entender lo ocurrido en breves palabras.

Pueblo chiquito, infierno grande.

Bauta es pueblo chiquito…, con lógicas de frontera, aspiraciones de ciudad y añoranzas de campo, lugar de encuentro, conexión y partida, presión poblacional, convivencia sencilla y opulenta, avances y retrocesos socioambientales, cuestiones pendientes, identidad local en delicado y frágil equilibrio de quiebre…

Dual y ambivalente comenzando por sus nombres, no es extraño que en un contexto así aparezcan sorpresas negativas, y tampoco será sorprendente que nos sobrepongamos a ellas, continuemos colaborando y sigamos adelante hasta la recuperación completa, con todos y para el bien de todos.

Carlos J. Delgado

29 de julio 2020

El texto ha sido publicado por la revista Aurora, número 9, 2020.


martes, 28 de julio de 2020

CUBA COVID-19: POLÍTICA Y EDUCACIÓN

Comparto las reflexiones de una educadora y estudiosa de la ética, la doctora en ciencias Nancy Chacón Arteaga. En su texto, nos presenta sus impresiones sobre lo acontecido y los vínculos entre política y educación durante la pandemia en Cuba.

Carlos J. Delgado

27 julio 2020


Nancy Lucía Chacón Arteaga

Nancy Lucía Chacón Arteaga. Licenciada en Ciencias Políticas en la Universidad de la Habana (1976). Doctora en C. Filosóficas (1996) y Doctora en Ciencias (2011). Premio Nacional de Ciencias Sociales de la Academia de Ciencias de Cuba (2016). Académica Titular de la ACC (2018). Profesora Emérita de la Universidad de C. Pedagógicas “Enrique José Varona” (2018), donde es Presidenta fundadora de la Cátedra de Ética Aplicada a la Educación desde 1997. Presidenta de la sub comisión nacional de planes y programas de la disciplina Educación para la vida ciudadana del Ministerio de Educación de Cuba. Es Profesora Honoraria de la Universidad Autónoma de Santo Domingo UASD (2010).

Correspondencia: nchaconarteaga@gmail.com

 

Introducción necesaria

José Martí (1853-1895), el apóstol de la independencia de Cuba desarrolló en su corta y fecunda vida un pensamiento revolucionario humanista, universal y visionario, que desde una concepción política, ético-moral, jurídica, estético-artística, científica, filosófica y religiosa, le permitió entre sus urgencias entregar todo su empeño en aras organizar y llevar a cabo la guerra necesaria de independencia contra el colonialismo español, y a su vez proyectar la necesidad de la educación de las nuevas generaciones de cubanas, cubanos y de nuestra América que expresó en su ideario pedagógico:

Al mundo nuevo corresponde la Universidad nueva. A nuevas ciencias que todo lo invaden, reforman y minan nuevas cátedras. Es criminal el divorcio entre la educación que se recibe en una época, y la época.

Educar es depositar en cada hombre toda la obra humana que le ha antecedido: es hacer a cada hombre resumen del mundo viviente, hasta el día en que vive: es ponerlo a nivel de su tiempo, para que flote sobre él, y no dejarlo debajo de su tiempo, con lo que no podrá salir a flote; es prepararlo para la vida (Martí, J. 1975, p. 288)

Esta concepción de educación de José Martí, en la obra educacional de la Revolución cubana ha sido una realidad a partir del 1ro de enero de 1959, al tener en cuenta tal y como se reconoce por el Líder histórico, el comandante invicto Fidel Castro Ruz, desde su histórico alegato de la “Historia me absolverá”(1953), que la educación es un derecho inalienable del ser humano, del pueblo, lo cual es respaldado por la voluntad política desarrollada por el Partido Comunista de Cuba y Gobierno revolucionario, plasmado en la Carta Magna de la sociedad cubana, que en su sentido martiano recoge el pensamiento cívico de Martí cuando dice: “Yo quiero que la ley primera de la República sea el culto de los cubanos a la dignidad plena del hombre”(Constitución 2019, p. 2)

Lo que dejó al descubierto la COVID-19

La humanidad vive hoy la tragedia de una pandemia de alto riesgo, conocida como enfermedad COVID-19, que ha puesto a prueba todos los resortes y mecanismos con que cuentan los seres humanos en el planeta para hacer frente a la misma, según la organización y gestión que para ello han asumido los diferentes sistemas socio económicos, y las políticas de los gobiernos y Estados a escala global.

Aún el desarrollo científico-tecnológico, la humanidad ha llegado a la segunda década del tercer milenio con una deuda humana y planetaria que arrastra desde el siglo XX y que ninguna de las metas “humanistas”, “medioambientalistas” o “educativas” para el desarrollo sostenible de la UNESCO o de la UNICEF, entre otros organismos internacionales que proyectan metas de desarrollo humano, como la actual agenda 2030, ha logrado cumplirse de forma homogénea o al unísono en todos los países por igual.

Las políticas neoliberales aplicadas, en particular, de la región de la América Latina y el Caribe, durante décadas, con gobiernos de derecha que se han dejado llevar por los cantos de sirena del “sueño americano” y los de sus propios intereses egoístas, han desmembrado el poder del Estado para centrarse en el mercado, el consumo, la privatización y las pautas dictadas a los países endeudados y dependientes por el FMI, BFI. Todo esto ha llevado al desmontaje de los sistemas de salud, el recorte de los seguros y la seguridad social, la privatización de la educación, entre otros despojos, dejando este vital asunto a la suerte de cada quien en una especie de “sálvese quien pueda”, donde los que tienen recursos y solvencia, empezando por las clases adineradas y las élites del poder, estarán en mejor posición para salvarse ante una situación tan drástica como la de la pandemia por la que estamos atravesando, y ha costado millones de contagiados y fallecidos.

Lamentablemente es predominante esta situación en la región, incluso están vivos los ejemplos de varios países que después de haber pasado por las vivencias de gobiernos en los que la educación y la salud fueron atendidos con una concepción de universalidad en interés de los derechos del pueblo, como en los casos de Brasil (I. Lula), Ecuador (E. Correa), Argentina (C. Fernández) Bolivia (E. Morales), en los que se experimentaron ciertos avances en estos terrenos, ahora están sumidos en una catástrofe sanitaria ante el colapso de las insuficientes estructuras de salud, la no cobertura de seguros, la incompetencia gubernamental demostrada para el manejo de la pandemia y la falta de garantías de salud para sus pueblos, que son entre otros, los que más han aportado a las cifras descomunales de contagios y fallecidos en cementerios improvisados, incluyendo la afectación del personal de la salud sin protección institucional.

Puede decirse que en este escenario se revelan tanto los estragos de la pandemia de la COVID-19 por su alta contagiosidad y letalidad, así como los impactos negativos de los gobiernos neoliberales, su incompetencia política y la falta de sustentabilidad de sus sistemas sociales (de salud, educación y seguridad social), de desprecio al ser humano y el medio ambiente, xenófobo y antisolidario, los que constituyen una flagrante violación de los derechos humanos. Las posiciones de algunos presidentes fue la de minimizar la pandemia, no propender a la protección de sus ciudadanos, ni al cumplimiento de medidas sanitarias, con el fin de salvar a toda costa la economía de las clases altas y el empresariado, sobre las muertes de la población pobre, de los ancianos que consideran una carga social, de las poblaciones indígenas en sus asentamientos, de los emigrantes, entre otros sectores desposeídos, de frente al colapso de la salud pública y ninguna garantía o seguridad social.

No obstante, durante estos tiempos de confinamiento y aislamiento social, también se han alzado las voces de quienes se contraponen a todo odio e injusticias, a crímenes racistas como el del afroamericano George Floyd  en Minnesota, EEUU, cuyo estallido de protestas desatadas es un grito común contra la esencia supremacista y arrogante que históricamente ha caracterizado no solo la política interracial en Norteamérica sino en todo el mundo.

Aún en medio de la crisis de la pandemia, no cesa la práctica del terrorismo de Estado y el paramilitarismo en el asesinato selectivo de los líderes sociales en la región, como el caso de Colombia en la etapa de “post conflicto”, después de firmado el acuerdo de Paz entre el gobierno de Juan Manuel Santos y las FARC en la Habana; la persecución judicial de los líderes de izquierda para sacarlos del escenario político, los golpes de Estado y la injerencia en los asuntos internos de los países como Venezuela, Nicaragua y Cuba, que son declarados por el gobierno de los EEUU y sus aliados, como supuesto eje del mal. Todos ejemplifican la situación geopolítica en la arena internacional. En este escenario, las urgencias ante el enfrentamiento a la pandemia global requieren que por encima de toda diferencia ideopolítica se globalice la necesaria solidaridad, la cooperación y la colaboración entre países para su contención, Entre los países que han actuado consecuentemente con estas urgencias y el principio de solidaridad se encuentran China, Rusia y Cuba.

El enfrentamiento a la COVID-19

El anuncio del brote inicial de la enfermedad en la ciudad China de Wuhan en diciembre del 2019, fue indicador suficiente para que en Cuba se monitoreara esta situación epidemiológica y las orientaciones de la OMS, mucho antes de que fuera declarada pandemia. Así tempranamente en el país se daba seguimiento noticioso y de información a la población de las previsiones y medidas tomadas por el gobierno y Ministerio de Salud Pública para hacer frente a la pandemia cuando se detectara la entrada del primer caso a Cuba por la frontera. Se prepararon las condiciones y las reservas para una batalla por la vida.

En la dirección de este proceso se creó el Grupo Temporal Nacional, presidido por el Presidente de la República de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez y el Primer Ministro Manuel Marrero, para el enfrentamiento a la pandemia. Contó además con la participación del Consejo de Ministros y entidades gubernamentales que le dieron un carácter intersectorial y multidisciplinario, articulándose de forma armónica la política, la ciencia y la tecnología, en la elaboración de una estrategia certera donde la información, la comunicación e interacción diaria con el pueblo por los medios de comunicación en particular la TV, así como el accionar de los consejos de defensa provinciales y municipales, desempeñaron un importante papel en la conducción de esta batalla para salvar vidas.

En el artículo publicado por el Presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez en coautoría con el Dr. C. Jorge Núñez Jover, Académico Titular de la Academia de Ciencias de Cuba, se condensa una valiosa información acerca de la gestión gubernamental y la ciencia cubana en el enfrentamiento a la COVID-19. En el se describen entre las medidas y acciones desarrolladas las siguientes:


Reunión semanal con expertos y científicos para evaluar los resultados de las investigaciones y su aplicación.


Activación de los Consejos de Defensa Provinciales en todo el territorio nacional.


Conferencias de prensa diarias para informar al pueblo sobre la actualización de la marcha del Plan para la Prevención y Control del nuevo coronavirus (COVID-19).


Mesas Redondas diarias para actualizar sobre diferentes temas relacionados con el Plan para la Prevención y Control de la COVID-19.


Sesión de trabajo semanal con el Grupo Asesor Económico para abordar los temas concernientes a la estrategia de desarrollo económico social.

La estrategia epidemiológica-sanitaria, contó con tres etapas, cada una con medidas sanitarias y protocolos médicos de procedimientos para la detección y atención de los casos positivos que eran ingresados en los hospitales o salas de hospitales habilitados para su atención, así como la detección de los anillos de contactos, y de contactos de contactos, los cuales iban a centros de aislamientos para hacerles las pruebas y estar el tiempo reglamentario hasta confirmarse que no eran positivos para regresar a sus domicilios.

Muchos voluntarios de centros de trabajo, docentes y estudiantes universitarios, y organizaciones de masas de las comunidades, entre otros, se sumaron a colaborar en estos centros de asilamiento e incluso en algunos hospitales, previa preparación de las medidas de bioprotección y protocolos a seguir en el rol que cada uno desempeñaría como personal de apoyo, así como pasar la prueba PCR para confirmar su estado de salud a la entrada y al término del período de labor, además de 15 días de aislamiento, descanso y nuevamente la prueba del PCR para ir hacia sus casas e integrarse sin riesgo a su seno familiar.

En este arduo y sistemático trabajo, Cuba aporta un modelo con una metodología que desarrolla en un procedimiento novedoso que son las pesquisas diarias para encontrar entre la población que no entraban en los círculos de los contactos, las posibles personas contagiadas, este proceso se desarrolló por el sistema de atención primaria del médico y enfermera de la familia en todos los territorios y localidades, incorporándose los estudiantes y docentes de las escuelas de medicina, los médicos estomatólogos entre otro personal a fin, que cada día tocan puerta a puerta de la vecindad. Esta acción es respaldada por la creación cubana de una aplicación para el móvil que facilita a quienes desean realizar su autopesquisaje de salud y registrar sus síntomas, los que también son atendidos medicamente.

A pesar del genocida bloqueo y persecución por parte del gobierno de los EEUU que impedía que Cuba adquiriera los materiales médicos necesarios para enfrentar esta pandemia ya sean por donaciones o comprados, en el país se contaba con la reserva, los medicamentos algunos de ellos de producción cubana, respiradores, entre otros materiales necesarios para la atención a toda la población que lo necesitara, incluyendo extranjeros residentes o turistas en el país, totalmente gratuito como son los servicios médicos en Cuba. En tal sentido el sistema de salud cubano da una cobertura total sin colapsar por falta de materiales, médicos y paramédicos, ni instalaciones hospitalarias o centros de aislamientos.

Unido a todo ello Cuba se dispuso a llevar su solidaridad y cooperación médica a los países necesitados que solicitaron ayuda, para lo cual se cuenta con los médicos y para médicos del Contingente Internacional de Médicos Especializados en Situaciones de Desastres y Graves Epidemias "Henry Reeve", creado por Fidel en agosto del 2005. La ética que preside esta obra solidaria consiste en entender que la solidaridad no consiste en dar lo que sobra, sino en compartir lo que se tiene. Su simbólico ejemplo ha levantado el interés internacional de varias organizaciones y personalidades a favor de la propuesta para que le sea otorgado el Premio Nobel de la Paz.

La Educación en tiempos de Covid 19

Sin educación no hay Revolución. Esta máxima del pensamiento estratégico y humanista de Fidel, está en la transversalidad de este artículo, ya que sin una preparación sólida sustentada en el sistema educativo cubano no pudiera hablarse de un enfrentamiento estratégico e integral a la pandemia en el país- Todos los recursos materiales, científicos y tecnológicos puestos en función en una unidad de pensamiento y acción como país, son resultados de una obra educacional en la formación y preparación de los recursos humanos competentes y con los valores que se requieren para los modos de actuación profesionales y como ciudadanos de toda la población.

Quiere decir que la educación está en la base de la cultura multidimensional creada por la Revolución y una conciencia patriótica, antimperialista, responsable, solidaria e internacionalista, que posibilitó la articulación necesaria de todos los factores para el enfrentamiento y control de la pandemia en el país.

Pero la educación no solo está en esa base cultural, sino que acompaña todo el proceso de preparación de la población para este enfrentamiento no solo por las medidas tomadas, sino por la necesaria comprensión y conocimiento de causa. La Educación como vía para la prevención y el enfrentamiento, no solo en los mensajes de bien público, el sistema de información interactivo del desarrollo de la estrategia, la marcha y control de la pandemia por múltiples vías, son también acciones de un valor altamente educativo.

El sistema de educación aún con un grupo de medidas después de declarada la entrada de la COVID-19 al país, mantuvo las escuelas abiertas hasta finales del mes de marzo (24), en que se decide cerrar las escuelas, aunque mantener con un horario flexible (9am-3pm) los círculos infantiles para dar servicio a las madres trabajadoras que estaban en puestos imprescindibles de trabajo y no tenían con quien dejar a sus hijos en casa. Cabe señalar que el Estado cubano garantizó el salario de los trabajadores en condiciones de aislamiento social, por los conceptos de tele trabajo, trabajo a distancia o semi presencial, en el caso de los docentes de todos los niveles de enseñanza recibimos el salario devengado.

En ese momento la escuela cubana ya había abarcado aproximadamente en todos los niveles educativos un 70% del contenido del curso, lo que posibilitó que se pudiera dar una continuidad de clases televisivas y actividades educativas orientadoras de cada asignaturas por grados en una programación que alternaba en los días de la semana, las sesiones matutinas y vespertinas en tres canales de la TV nacional (Canal educativo, Canal educativo 2 y Canal Tele rebelde), a disposición para las mismas. Todo ello fue organizado por el Ministerio de Educación (MINED), con la participación de los metodólogos nacionales, los tele profesores, entre otras entidades como la empresa de Cinesoft, que apoyó con materiales audiovisuales.

Esta rápida respuesta del MINED posibilitó que los educandos dieran una continuidad a sus estudios, mantuvieran sus motivaciones y hábitos educativos, así como fortaleció el papel de la familia que apoyó este seguimiento del estudio y tareas de sus hijos en las casas. Esta actividad educativa no comprometió los nuevos contenidos ni el pase de grado de los estudiantes, lo que siempre se previó para el momento en que se decidiera en la estrategia de país la reanudación del curso para retomar las clases con los contenidos y objetivos pendientes y el cierre evaluativo del curso 19-20 y el inicio del nuevo curso 20-21.

Esta estrategia concebida por el sistema educativo cubano, además de ser una rápida respuesta en la organización, tuvo una amplia difusión e información que dio seguridad a los educandos, a las familias, a los maestros y a la sociedad toda. Sirvió de base orientadora de los pormenores no solo de cómo se desarrollaría esta etapa de estudios durante la pandemia, sino de cómo en la reanudación, se tratarían los contenidos que faltaban de las asignaturas y se realizarían las evaluaciones correspondientes para el cierre del curso.

En los grados terminales se realizarían las graduaciones correspondientes, en el caso de la continuidad de estudio del 9no grado, se llenarían las boletas de solicitudes para hacer el escalafón de las provincias y realizar el otorgamiento de las especialidades de estudios. En el caso del 12 grado, se facilitó la continuidad de su preparación para los exámenes de ingreso a la universidad por la misma vía televisiva, podrían realizar sus exámenes para clasificar en el escalafón provincial y realizar el otorgamiento de las carreras.

De esta forma se concibe que cuando se entre en la etapa de reinicio de las clases, se conciben 10 semanas para continuidad y cierre del curso 19-20 y posterior a ello el inicio del curso 20-21 que se realizaría en menos semanas que el fondo de tiempo habitual, en este caso es de 38 semanas.

Esto conllevó a la convocatoria por parte del MINED de los directores de los niveles educativos (Educación primaria, Secundaria Básica, Pre universitario, Educación de Adultos, la Educación Técnica y Profesional y las Escuelas pedagógicas), a los metodólogos nacionales de las disciplinas, a los presidentes de las comisiones nacionales de los planes y programas de estudios de las diferentes disciplinas y a los docentes de los colectivos de autores de los programas y libros de textos escolares de las mismas, acompañados por los directivos del Instituto Central de Ciencias Pedagógicas ICCP y los Presidentes de las comisiones de la Universidad de Ciencias Pedagógicas “Enrique José Varona”, para que a partir de la remodelación que se había hecho con vista al perfeccionamiento del sistema educativo, que debía empezar a generalizarse en el curso 20-21 (proceso que quedó aplazado hasta que existan las condiciones para implementar la transformación curricular elaborada y experimentada en escuelas del país), se hicieran los reajustes a los programas vigentes con las actualizaciones y/o modificaciones posibles, para introducirse en el desarrollo del curso en el tiempo previsto y atendiendo a las exigencias de las medidas y protocolos de las condiciones de postpandemia en que se desarrollará dicho curso escolar.

Los reajustes implican que los programas tienen una cierta reducción en horas clases, las que se realizarán en días y sesiones alternas para cada grado, por lo que los estudiantes no irán todos los días en doble sesión a la escuela, sino a las que les corresponda a su grado, según la planificación y organización escolar, para cumplir con el distanciamiento que requieren los procesos educativos en la escuela en estas excepcionales circunstancias. Se mantiene el sistema de apoyo de actividades educativas y clases por la TV según se diseñe por las frecuencias de horas clases que tiene de cada disciplina en el reajuste de los programas y su dosificación en el curso. A la vez las direcciones de educación provinciales y los gobiernos de cada territorio, realizan un gran esfuerzo en la remodelación constructiva de algunos centros educativos para alistar las condiciones y cumplir estos los requerimientos establecidos en el reinicio de las clases.

Obviamente que la puesta en práctica de estos reajustes curriculares, solo será posible si se logra previamente la preparación metodológica y didáctica de todos los directivos y el personal docente que deben llevar a cabo el desarrollo de estos contenidos en sus escuelas, así como de las estructuras provinciales y municipales de Educación en todo el país. Esto último está previsto realizarlo como es habitual en la semana de incorporación de los docentes, posterior a sus vacaciones y antes del inicio del curso escolar, aunque ya desde la primera etapa de la nueva normalidad en el mes de julio 2020 se iniciaron las capacitaciones a nivel nacional por vía televisiva para precisar los reajustes curriculares que incluyen la evaluación y las nuevas formas de trabajos a los diferentes niveles educativos.

En el caso de la Educación superior, al tiempo del reinicio del curso se prevé 11 semanas para culminar las disciplinas que quedaron pendientes y sus evaluaciones del 2do semestre interrumpido por la pandemia y a continuación se da inicio al curso 20-21, con unas 30 semanas. Por ello los jefes de disciplinas y docentes de cada universidad realizan los reajustes de sus programas para adaptarse a esta reducción de horas lectivas.

En este caso los docentes durante la etapa de pandemia y aislamiento social, han trabajado en los informes de la validación de los programas de todas las disciplinas de las carreras del nuevo plan de estudio E que ya han culminado el 4to y último año de ejecución (tiempo de la cohorte primera edición de la carrera) y sobre la base de las experiencias y sugerencias de mejoras de los propios docentes, se han hecho las modificaciones y el perfeccionamiento de los programas que se desarrollarán aunque reajustados en horas en este nuevo curso escolar post pandemia 20-21. Para esta labor los colectivos de las comisiones nacionales de las carreras trabajaron a distancia por vía de grupos de WhatsApp y el correo electrónico para el intercambio de ideas y documentos elaborados.

Puede decirse que en Cuba la política de gobierno en el enfrentamiento a la COVID-19, desarrolló una estrategia que dirigida por el Grupo Temporal Nacional, logró articular el Consejo de Ministros, el sistema de defensa y de seguridad nacional con sus consejos de defensas provinciales, que garantizaron el aseguramiento, seguimiento, evaluación y control de todas las medidas paso a paso en cada etapa, proceso que se caracterizó por la transparencia e interacción con la ciudadanía, lo que contó con la unidad y apoyo del pueblo.

Cabe señalar que no siempre la ciudadanía manifestó la necesaria percepción del riesgo ante las características de alta contagiosidad, letalidad y asintomaticidad en un significativo porciento de personas diagnosticadas como positivas, por lo cual algunos de forma irresponsable incurrían en el incumplimiento de las medidas de aislamiento y protección epidemiológicas, no obstante, siempre tuvieron un tratamiento persuasivo, preventivo, informativo y educativo para corregir los comportamientos inadecuados. En ocasiones, según la magnitud de la transgresión también se aplicaron multas o procesamiento judicial por incurrir en el delito de violaciones de la Constitución y leyes sobre riesgo y propagación de epidemias.

En general el sistema de salud cubano y el sistema educativo en una mancomunidad de las conquistas, garantías y seguridad social del pueblo cubano, demostraron su efectividad en la cobertura total que dan al pueblo, sin distinción ni discriminaciones de ningún tipo. Son resultados de un sistema socialista donde el ser humano se reconoce en su justo valor y dignidad humana, que ha logrado una vez más salir adelante pese los daños humanos, económicos y sociales provocados por el impacto nefasto del genocida bloqueo yanqui, arreciado en tiempos de pandemia, con el ansiado fin de acabar con el pueblo cubano y su Revolución de conquistas sociales.

Ni el silenciamiento de los éxitos y logros de Cuba en su enfrentamiento a la pandemia por los grandes medios de la información global, las campañas de descréditos sobre las fortalezas educativas y científicas cubanas, así como de sus médicos solidarios, ante el hecho real de la Brigada Henry Reeve en más de 30 países del mundo salvando vidas, pueden esconder las verdades y razones del pueblo cubano. Ellos quedan demostrados en el modelo gubernamental sistémico e integral con que se enfrenta la contingencia de la COVID-19, con métodos de dirección democráticos y estilos de gestión y de participación ciudadana en una responsabilidad compartida y comprometida con el logro de los mejores resultados, y la preparación de todos para transitar por las etapas de la recuperación gradual y asimétrica de la “nueva normalidad”, como se denomina el restablecimiento de la dinámica y funcionamiento de toda la sociedad, entre medidas organizativas y protocolos sanitarios para cuidar no tener rebrotes de la pandemia.

En todo ello la Educación sigue ocupando un lugar estratégico como sustento del desarrollo cultural y humano de los cubanos y cubanas de estos tiempos y los venideros con preparación, entereza y amor, para la realización de sueños y esperanzas, hacer valer la justicia, la dignidad humana, la solidaridad y la paz en Cuba y el mundo.

Nancy Lucía Chacón Arteaga

28 julio 2020

Referencias

Martí, J. (1975). Obras completas [28 tomos]. Tomo 8. La Habana: Ciencias Sociales.

Constitución de la República de Cuba (2019). http://www.granma.cu/file/pdf/gaceta/Nueva%20Constituci%C3%B3n%20240%20KB-1.pdf

Castro, F. (1960). Discurso pronunciado en el acto celebrado por la Sociedad Espeleológica de Cuba, en la Academia de Ciencias. La Habana. http://www.fidelcastro.cu/es/discursos/discurso-pronunciado-en-el-acto-celebrado-por-la-sociedad-espeleologica-de-cuba-en-la

Díaz-Canel Bermúdez, Miguel y Núñez Jover, Jorge (2020). Gestión gubernamental y ciencia cubana en el enfrentamiento a la COVID-19. Anales de la Academia de Ciencias de Cuba; Vol. 10, No. 2 (2020): especial COVID-19. http://www.revistaccuba.cu/index.php/revacc/article/view/881/887



miércoles, 8 de julio de 2020

EDGAR MORIN, 99 AÑOS

Hoy celebramos el 99 cumpleaños del filósofo francés Edgar Morin.


Su obra representa un arsenal invaluable de ideas, alertas y mensajes esperanzadores, a los que va unida la crítica elocuente y fundamentada de la violencia, las transgresiones a la dignidad humana y una profunda filosofía de vida que promueve la comprensión humana, y la atención al desafío de la complejidad.

Hace unos años le escuche comentar con amigos sobre el sentido de la vida. Es una pregunta a la que han dedicado reflexión los filósofos de todos los tiempos. Con la naturalidad que le caracteriza el maestro Morin afirmo, que su sentido inherente no es otro que vivirla. Y en ello creo que está uno de los secretos de su vitalidad física, moral e intelectual. No es y nunca fue un filósofo de gabinete, y aunque algunos intelectuales se sienten abrumados por sus metáforas y preferirían quizás conceptos que las sustituyan, en ellas se encierra uno de sus aportes más significativos: el de trascender las fronteras de los saberes enlazando con un pensamiento que vive, como le gusta recordar, a la temperatura de su propia destrucción, siempre creativo, siempre innovador.

Quienes hemos estudiado su obra con gusto, y tenido el privilegio de conocerle y escucharle en congresos y videoconferencias, apreciamos esa voluntad de vida que trasciende y anima, que se da en la entrega en cada sesión de trabajo, en cada conferencia donde vibra y hace vibrar al auditorio, para quedarse con nosotros y acompañarnos después, en la reflexión y en los momentos difíciles.

Por eso con su avanzada edad, continúa aportando de manera fundamental a la comprensión de la aventura humana, de la complejidad del ser humano y nuestra humana condición.

He aquí un recuento incompleto de su quehacer intelectual vibrante en medio de la pandemia del coronavirus:

11 de abril 

El País publicó la entrevista Edgar Morin: “Vivimos en un mercado planetario que no ha sabido suscitar fraternidad entre los pueblos” 

16 de abril

Paris Match publicó la entrevista Edgar Morin "Paroles de sage" (Palabras sabias)

19 de abril

Le Monde publicó la entrevista Edgar Morin: "Cette crise nous pousse à nous interroger sur notre mode de vie, sur nos vrais besoins masqués dans les aliénations du quotidien

Posteriormente el 2 de mayo se hizo eco de ella en castellano Milenio de México. 

21 de abril

La serie Tracts de crise de ediciones Gallimard publicó en su número 54  el texto de Morin "Festival deincertidumbres". Versiones en castellano están disponibles en la Comunidad de Pensamiento Complejo y en la revista Ignorantes

25 de mayo

Le club des juristes, publicó La crise sanitaire du covid 19 et le risque detats neo totaliraires

Una versión en castellano fue publicada el 2 de junio con el título "La crisis sanitaria del Covid 19 y el riesgo de Estados neo-totalitarios" 

5 de junio

Hace apenas unas semanas, se realizó el webinar "Vías para el futuro: el mundo post covid-19", organizado desde Brasil, donde el maestro compartió con varios colegas y el público durante aproximadamente una hora y media.

 
 

Hoy 8 de julio...

Con la supervisión científica y la participación directa de Edgar Morin, organizado por la UNESCO y la Fundación Promigas, comenzó el curso Los siete saberes y la agenda 2030, un MOOC dirigido a los jóvenes y al más amplio público, que conecta las problemáticas del libro Los siete saberes necesarios para la educación del futuro, con la agenda 2030. 

El curso evidencia el impacto de esta obra de Morin, a la vez que le rinde merecido homenaje en su onomástico.

¡Cuanta obra y cuán actual maestro Morin!

Académicos y personas de todo el mundo que le admiran le enviamos hoy felicitaciones al maestro. 

Entre ellas quiero mencionar el video sorpresa que preparó la Comunidad de Pensamiento Complejo, y que está disponible en youtube donde se expresan los mensajes de felicitación de varias amigas y amigos de todo el mundo. 


¡Felicidades querido maestro Edgar Morin!


Carlos J. Delgado

8 de julio de 2020